Internet se transformó en poco tiempo en un medio para expresar la identidad personal y colectiva. Mientras completamos nuestros perfiles en las redes sociales y nos relacionamos con otras personas y con empresas, generamos información que queda vinculada a nuestra personalidad virtual. Nuestro comportamiento digital conforma nuestra reputación en línea.
Cada vez que usamos internet dejamos una Huella Digital que forma nuestro historial en línea y genera una cantidad de datos que luego pueden consultar otras personas. Esto pasa, por ejemplo, cuando compramos con tarjeta de crédito, publicamos en facebook o buscamos hotel o pasajes. Además, muchos sitios web recopilan información por medio de las ¨cookies¨, que son archivos que guardan información del usuario, incluso información privada. Existen sitios que necesitan usar las cookies para funcionar y otros sitios que las usan para rastrearnos en la Web.
Nuestras publicaciones en redes sociales o las publicaciones que hacen otros en las que nos etiquetan.
Las fotos y los videos que subimos o que suben otros y nos nombran.
Los blogs o sitios webs en los que citan nuestro nombre o en los que firmamos una producción propia.
Los registros de participación en foros, juegos, grupos o redes sociales
La reputación web se construye con nuestra expresión personal, la expresión de terceros y también por omisión:
Expresión personal: consiste en las publicaciones que hacemos en redes sociales, blogs, sitios web, grupos o foros. Agrega información sobre nuestra identidad.
Acciones de terceros: son las publicaciones en donde nos citan, nos arroban, generan un hashtag que nos menciona o nos nombran.
Omisión: no tener cuentas en redes sociales o participación web es de por sí un dato que se incluye en nuestra reputación cuando alguien busca información sobre nosotros.
La reputación se construye a lo largo de los años y es difícil modificarla porque en Internet no hay olvido. Creemos que al borrar una publicación la estamos eliminando pero no es así. Otra persona puede haber descargado el contenido antes de que lo borrara. Puede modificarlo, volver a subirlo y compartirlo. Si otra persona pública el contenido es difícil borrarlo e impedir que forme parte de nuestra reputación web. Cuando se aceptan los términos y condiciones para participar en las redes sociales, aplicaciones, videojuegos o en las cuentas de correo electrónico estás dando autorizaciones y permisos para tratar tus datos personales.
Las redes sociales y plataformas guardan los contenidos como parte de su operación técnica cuando hacen una copia de seguridad periódica de los datos aportados por los usuarios.
Las personas guardan contenidos por razones económicas, personales, laborales y emocionales (celos, bromas, venganzas).
Un contenido puede difundirse o viralizarse por ser gracioso, polémico, atractivo, de denuncia o por otras razones desconocidas. En la mayoría de los casos es difícil prever su viralización y alcance. La viralización de contenidos puede alcanzar cientos, miles o hasta millones de personas.
La cantidad de plataformas que existen actualmente permite que nuestra información pueda viralizarse a través de distintos dispositivos o redes (PC, tablet, smartphone, chats, redes sociales, etc.)
La personalidad y reputación web son una forma de presentación personal:
BÚSQUEDA DE REFERENCIAS: Cuando presentamos un Currículum Vitae (CV) lo redactamos para adaptarlo al perfil del puesto de trabajo al que aspiramos. El entrevistador, además de leer nuestro CV, buscará referencias nuestras en la web: pondrá nuestro nombre en los buscadores y analizará todas las referencias que aparezcan.
De acuerdo a la configuración de nuestra privacidad en Facebook, Twitter, Linkedin u otra red social, la primera respuesta del buscador será nuestro perfil en esa red social. Si la configuración de seguridad de nuestra cuenta se lo permite, podrá indagar en las publicaciones que hicimos desde que abrimos la cuenta.
CAPITAL SOCIAL: Equipos de comunicadores y publicistas planifican y diseñan la reputación web para crear una “personalidad” de la marca. Las personas y empresas que participan de Linkedin, una red social de profesionales, pueden conectarse entre ellas, ya sea para realizar contactos profesionales o para buscar u ofrecer trabajo. Construyen su propio perfil y logran la valorización de sus perfiles cuando otras personas generan referencias sobre sus habilidades. Las personas valen por sus trayectorias laborales y por las personas con las que están vinculadas.
CONFIGURÁ LA PRIVACIDAD: se puede configurar la privacidad de las redes sociales para establecer quiénes pueden ver nuestras publicaciones.
CONFIGURÁ LA LECTURA DE LAS PUBLICACIONES: cada una de las publicaciones en las redes sociales pueden ser configuradas para establecer quiénes pueden verlas.
MONITOREÁ TU NOMBRE: existen herramientas como “Google alertas” que nos avisan cuando nuestro nombre aparece en alguna publicación en internet. Te recomendamos hacer una búsqueda con tu nombre para saber qué dice la web sobre ti.
ESTABLECE CONTRASEÑAS SEGURAS: las contraseñas sirven para evitar que otra persona pueda acceder a la información, fotos, videos o mensajes que guardamos. Esa persona puede querer publicar, por diversos motivos, información privada en la web y afectar nuestra reputación. Tu computadora, tu celular, tus cuentas en redes sociales, tus blogs, foros o e-mails contienen información que tu tenés que cuidar. Si caen en manos de otras personas, pueden publicar algo que tu no querés hacer público.
PROTEGE TUS DATOS PERSONALES: evitá colocar tu nombre y apellido en las producciones o publicaciones que no querés que se asocien a tu identidad. En esos casos es recomendable usar seudónimos.
Recomendamos no publicar nada sobre otra persona sin tener su autorización. De esa manera evitamos generar un daño a su imagen o a su reputación.
Ser encasillados o estereotipados por la publicación de información íntima generada en un ámbito privado.
Quedar vinculados en los buscadores web a información antigua o equivocada.
Afectar relaciones profesionales y personales.
Que roben nuestra identidad y actúen en nuestro nombre para dañar nuestra imagen en Internet.
Podés denunciar en las plataformas o sitios que tienen esas publicaciones de terceros para que las den de baja.
Si la plataforma o sitio no te responde, puedes averiguar qué organismos oficiales de tu país reciben este tipo de denuncias y acudir a ellos.